Calmando el aire que corre con furia,
mitigando el oxigeno para retrasar esta muerte precipitada.
.
Cuando ya no importa el repiro,
ni recorrer las venas con ese líquido
rojo que una vez más las debora.
.
Cuando se apaga la luz
de unos ojos que en otro tiempo brillarón..
¿Qué nos queda?.
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